martes, 26 de agosto de 2014

CINCUENTA MANERAS DE AMAR A SU PAREJA



1.     Primero ámese cada uno a sí mismo.
2.     Empiecen el día abrazándose.
3.     Desayunen en la cama.
4.     Díganse te amo cada vez que se separen.
5.     Elógiense en forma espontánea y sincera.
6.     Reconozcan y festejen sus diferencias.
7.     Vivan cada día como si fuera el último.
8.     Escríbanse cartas de amor inesperadas.
9.     Planten una semilla juntos y cuídenla hasta su madurez.
10.  Salgan juntos una vez por semana.
11.  Envíe flores sin razón alguna.
12.  Acepte y ame a los amigos y la familia del otro.
13.  Escríbanse notas que digan te amo y colóquenlas por toda la casa.
14.  Deténganse e inhalen el aroma de las rosas.
15.  Bésense sorpresivamente.
16.  Disfruten hermosas puestas de sol juntos.
17.  Sean sinceros al disculparse.
18.  Sean indulgentes.
19.  Recuerden el día en que se enamoraron, y reconstrúyanlo.
20.  Tómense de las manos.
21.  Díganse te amo con los ojos.
22.  Permita que ella llore en sus brazos.
23.  Exprésele que lo comprende.
24.  Brinden por su amor y compromiso.
25.  Hagan algo que los anime.
26.  Permítale que ello lo dirija cuando esté perdido.
27.  Ríanse de sus chistes.
28.  Aprecien su belleza interior.
29.  Hagan las tareas de la otra persona por un día.
30.  Alienten sueños maravillosos.
31.  Exprésense muestras de afecto en público.
32.  Dense masajes amorosos sin restricciones.
33.  Escriban un diario de su amor y registren momentos especiales.
34.  Tranquilice los temores del otro.
35.  Caminen descalzos juntos por la playa.
36.  Pídale a ella que se case de nuevo con usted.
37.  Responda con un sí.
38.  Respétense el uno al otro.
39.  Sea el mayor admirador de su pareja.
40.  Dé el amor que su pareja desea recibir.
41.  Dé el amor que usted desea recibir.
42.  Muestre interés en el trabajo del otro.
43.  Trabajen juntos en un proyecto.
44.  Constrúyanse una fortaleza con mantas.
45.  Colúmpiense tan alto como puedan en un columpio a la luz de la luna.
46.  Hagan un día de campo dentro de casa en un día lluvioso.
47.  Nunca se acuesten enojados.
48.  Ponga a su pareja primero en sus oraciones.
49.  Dense un beso de buenas noches.
50.  Duerman muy juntos.


                                                                                                     Mark y Chrissy Donnelly

jueves, 8 de mayo de 2014

No lo hagas cuando discutas con tu pareja...

A lo largo de la historia, expertos han afirmado que los problemas de comunicación afectan cualquier tipo de relación, sin embargo, con la pareja hay que tener un cuidado especial a la hora de dirigirnos a ella.

El lingüista Sebastian Serrano aseguró que “el amor es una tarea de orfebrería de comunicación. Los matices cobran mucha importancia, encontrar el tono de voz, las palabras adecuadas”.
Por otro lado, la psicóloga Melissa Orlov afirmó la teoría al decir que cualquier palabra puede ser malinterpretada y aún más si la pareja se encuentra predispuesta.
La psicóloga publicó en su blog las siguientes cinco formas de comunicarse que nunca debería utilizar a la hora de discutir con su pareja:

 

1. Realizar argumentaciones demasiado largas:

 Así sea muy importante lo que se pueda decir, si se trata de algo problemático es mejor ser conciso para no sofocar a la pareja.

 

 2. Hablar de asuntos privados delante de otras personas:

 Nunca se debe discutir delante de los demás, pues el único efecto que tendrá es que la pareja malinterprete lo que se dice y se bloquee por completo.

  

3. Seguir insistiendo cuando tu pareja no responde:

 A veces se argumenta un tema y pese a haberlo escuchado, su pareja no sabrá que decirle, si esto pasa y aunque todos quieren respuestas rápido, no vuelva a repetir lo mismo. Podría preguntar ¿estás de acuerdo? o ¿qué piensas de esto?

 

4. Hacer caso omiso a los intentos de tu pareja de dejar la discusión para más adelante:

 No insista en discutir si su pareja está tratando de evitar la conversación, eso solo empeorará las cosas. Si el tema es muy importante lleguen a un acuerdo sobre el día y momento adecuado en el que hablarán.

 

5. Discutir en la cama:

 En las discusiones de pareja es importante el cuándo y el dónde. No es igual hablar en un parque que hacerlo en la cama, pues cuando se está muy cansado cualquier problema se volverá más grande.

Fuente: http://www.ntn24.com/noticias

Una verdad que duele, pero muy cierta

Durante una conferencia sobre las grandes diferencias entre generaciones, un presumido estudiante se tomó la molestia de explicarle a un señor mayor sentado cerca de él, por qué le es imposible a la vieja generación comprender a su generación:

- Usted creció en un mundo diferente, realmente casi primitivo, dijo en voz lo suficientemente alta para que lo escucharan alrededor. Los jóvenes de hoy crecimos con televisión, internet, teléfonos móviles, aviones jet, viajes al espacio. Nuestras sondas espaciales han visitado Marte. Tenemos naves con energía nuclear y autos eléctricos y de hidrógeno. Computadoras con procesos de velocidad de la luz…y más.

Luego de un breve silencio el señor mayor respondió:

- Tienes razón, hijo mío; nosotros no tuvimos esas cosas cuando éramos jóvenes... ¡ASÍ QUE LAS INVENTAMOS! Ahora, dime arrogante, ¿QUÉ ESTÁS HACIENDO TÚ PARA LA PROXIMA GENERACION?"

¡El aplauso fue ensordecedor!

Los zapatos del campesino

Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones. Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias. El alumno dijo al profesor: "Hagámosle una broma; escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre".

Mi querido amigo - le dijo el profesor - nunca tenemos que divertirnos a expensas de los pobres. Tú eres rico y puedes darle una alegría a este hombre. Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre. Eso hizo y ambos se ocultaron entre los arbustos cercanos. El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo. Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y encontró la moneda. Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado. Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar. Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie. La guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda. Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida no morirían de hambre.

El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de lágrimas. Ahora, dijo el profesor

- ¿no estás más complacido que si le hubieras hecho una broma?

El joven respondió:

- "Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que recibir".

Paradigma de la Riqueza

Una vez, un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito de que éste viera cuán pobre era la gente de campo. Pensó que así comprendería el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos.
Estuvieron por espacio de un día y una noche en una granja con una familia campesina muy humilde.

Al concluir el viaje, mientras regresaban a casa, el padre le preguntó a su hijo:

- ¿Qué te pareció el viaje? ¡Muy bonito Papá!
- ¿Viste qué tan pobre y necesitada puede ser la gente?
-  ¡Si!
- ¿Y qué aprendiste?
- Vi que nosotros tenemos un perro en casa y ellos tienen cuatro.
- Que nosotros tenemos una piscina de 25 metros, pero ellos tienen un riachuelo que no tiene fin.
- Que nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio para alumbrar la noche, pero que ellos tienen las estrellas.
- Que nuestro patio llega hasta el borde de la casa, pero el de ellos tiene horizonte.
- Especialmente papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia, mientras que a ti y a mamá, como siempre están trabajando, casi nunca tienen tiempo para mí y apenas los veo.
 
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo... y su hijo agregó:

- ¡Gracias Papá por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser!

Diferencia entre Cielo e Infierno

Un discípulo preguntó al maestro:

- Maestro ¿Cual es la diferencia ente el Cielo y el Infierno?

Y el maestro respondió: 

- Es muy pequeña y, sin embargo, de grandes consecuencias.

Vi un gran monte de arroz cocido y preparado como alimento. En su derredor había muchos hombres hambrientos casi a punto de morir. No podían aproximarse a él, pero tenían en sus manos largas cucharas de 3 metros de longitud. Llegaban a llenarlas con el el arroz, pero no conseguían llevárselo a las bocas, porque las cucharas eran muy largas. Así, hambrientos y moribundos, juntos pero solitarios, seguían padeciendo un hambre eterna. Eso era el Infierno.

Vi otro gran monte de arroz, rodeado de muchos hombres hambrientos pero llenos de vitalidad. Tampoco conseguían llevarse el arroz a la boca porque sus cucharas también eran muy largas, pero en vez de llevarlos a la propia boca, se servían el arroz unos a otros. Así acallaban su hambre insaciable, juntos y solidarios, gozando a manos llenas de los hombres y de las cosas. Eso era el Cielo".

El Amor y La Locura

Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos y cualidades del hombre.

Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso:

- ¿Vamos a jugar a las escondidas?

La INTRIGA levantó la ceja intrigada y la CURIOSIDAD, sin poder contenerse preguntó:

- ¿A las escondidas?... ¿y cómo es eso?

- Es un juego -explicó la LOCURA- en que yo me tapo la cara y comienzo a contar uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.

El ENTUSIASMO bailó secundado por la EUFORIA, la ALEGRÍA dió tantos saltos que terminó por convencer a la DUDA, e incluso a la APATÍA, a la que nunca le interesaba nada.

Pero no todos quisieron participar... la VERDAD prefirió no esconderse, para qué? si al final siempre la hallaban, y la SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella) y la COBARDÍA prefirió no arriesgarse...

- Uno, dos, tres... -comenzó a contar la LOCURA.

La primera en esconderse fue la PEREZA, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del camino, la FE subió al cielo y la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos...

¿Que si un lago cristalino?, ideal para la BELLEZA. ¿Que si la hendija de un árbol?, perfecto para la TIMIDEZ. ¿Que si el vuelo de la mariposa?, lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD

¿Que si una ráfaga de viento?, magnífico para la LIBERTAD... Así, la GENEROSIDAD terminó por ocultarse en un rayito de sol.

El EGOÍSMO en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... pero sólo para él. La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arcoiris), y la PASIÓN y el DESEO en el centro de los volcanes. El OLVIDO... se me olvidó dónde se escondió... pero eso no es lo importante.

Cuando la LOCURA contaba 999.999, el AMOR aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado... hasta que divisó un rosal... y enternecido decidió esconderse entre sus flores.

- ¡Un millón!- contó la LOCURA y comenzó a buscar.

La primera en aparecer fue la PEREZA, sólo a tres pasos de una piedra. Después se escuchó la FE discutiendo con Dios en el cielo sobre Zoología... La PASION y el DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró la ENVIDIA y, claro, pudo deducir dónde estaba el TRIUNFO. El EGOÍSMO no tuvo ni que buscarlo. Él solito salió disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas.

De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la BELLEZA y con la DUDA resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún de que lado esconderse...

Así fue encontrando a todos... al TALENTO entre la hierba fresca, a la ANGUSTIA en una oscura cueva, a la MENTIRA detrás del arcoiris... (mentira, si ella estaba en el fondo del océano) y hasta al OLVIDO... que ya se le había olvidado que estaba jugando a los escondidos... pero sólo el AMOR no aparecía por ningún sitio.

La LOCURA buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas... y cuando estaba dándose por vencida divisó un rosal y las rosas... Y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó... 

Las espinas habían herido en los ojos al AMOR; la LOCURA no sabía qué hacer para disculparse...lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo. Desde entonces; desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra:

EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA

Rompecabezas


Un científico, vivía con preocupación todos los problemas del mundo. Estaba decidido a encontrar por todos los medios una solución. Pasaba días en su laboratorio, en busca de respuestas.

Cierto día, su hijo de 7 años, invadió su lugar de trabajo, dispuesto a ayudarle a encontrar esa ansiada solución.

El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lugar. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiera distraer su atención.

Encontró una revista, donde había un mapa del mundo, ¡justo lo que precisaba! Con una tijera, recortó el mapa en varios pedazos y se los entregó al niño con un rollo de cinta, diciendo:

- Hijo, como te gustan tanto los rompecabezas, te voy a dar el mundo en pequeños pedazos, para que lo repares.

El científico pensaba, quizás demore meses, quizás nunca lo logre, por lo menos, me dejará tranquilo por un tiempo; pero no fue así.
Pasada algunas horas, escuchó la voz del niño:

- Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo.

Al principio el padre no dio crédito a las palabras del niño. ¡No puede ser, es imposible que a su edad, haya conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes!

Levantó la vista de sus anotaciones, con la certeza de que vería un trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo había sido capaz?

- Hijito, tú no sabías cómo es el mundo, ¿cómo lograste armarlo?

- Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi del otro lado la figura de un hombre. Así que le di la vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y me di cuenta que había arreglado al mundo...

"Si yo cambiara, cambiaría el mundo"

El Anillo del Rey

Hubo una vez un rey, que convocó a los sabios de la corte para explicarles algo:

Estoy fabricando un costoso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes del mundo y quiero guardar en él, un mensaje que pueda ayudarme en momentos de extremo peligros. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que pueda guardarse debajo del diamante en el anillo.

Los sabios de la corte, eran grandes eruditos. Podrían haber escrito grandes mensajes, pero escribir uno pequeño sería muy difícil. Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían solucionar el problema.

El rey, tenía un siervo muy anciano. Cuando la madre del rey murió, siendo este pequeño, este siervo cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera su hijo. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también le consultó.

No soy sabio, erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje, le respondió el siervo. Durante mi larga vida en el palacio, he conocido muchas personas. En una ocasión, me encontré con un religioso que había sido invitado por tu padre y yo estuve a su servicio.

Como gesto de agradecimiento por mis servicios, me dio un mensaje. Entonces el anciano, lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey, diciéndole: No lo leas, ahora, mantenlo guardado en el anillo, solo debes abrirlo cuando todo lo demás haya fracasado y te encuentres en una situación extrema.

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido, el rey perdió su reino y tuvo que huir de sus enemigos para salvar su vida. Estaba solo y sus perseguidores eran numerosos, cuando llegó al final del camino, se dio cuenta de que no había salida. Frente a él solo había un precipicio imposible de cruzar, pensó que había llegado el fin. 

No podía volver atrás porque sus enemigos estaban ya cerca, tan cerca que podía escuchar el trotar de sus caballos. No había salida.

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró el mensaje, simplemente decía: “NADA ES PERMANENTE, TODO PASA”.Mientras leía, se dio cuenta de que estaba envuelto en un gran silencio. Los enemigos que lo perseguían, debieron haberse perdido en el bosque, porque poco a poco dejó de oír a sus caballos.

El rey, se sintió profundamente feliz y agradecido por lo sucedido. Dobló el mensaje y volvió a ponerlo en el anillo. Inmediatamente reunió a sus ejércitos y reconquistó su reino.

El día que entró victorioso al palacio, fue recibido por su pueblo con una gran celebración y quiso que su amado anciano, estuviera a su lado. Éste aprovechó la oportunidad, para decirle:

Vuelve a leer el mensaje.¿Qué quieres decir? preguntó el Rey. Ahora soy un ganador, la victoria está de mi parte, la gente celebra mi vuelta, no estoy en una situación peligrosa.

Escucha, dijo el anciano, este mensaje, también es para momentos como estos. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientas victorioso. Es para cuando eres el último; pero también para cuando eres el primero.

El Rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “NADA ES PERMANENTE, TODO PASA” y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, ya no había más orgullo, ni ego, ni arrogancia, todo había desaparecido. El rey, comprendió el mensaje y se convirtió en otra persona.
 
Entonces el anciano le dijo: Recuerda que todo pasa, nada es permanente. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos, como parte de la vida, con toda humildad.

El Reo

Un anciano que viví­a solo, querí­a (como todos los años) plantar patatas en su patio de atrás, pero arar la tierra era un trabajo demasiado pesado para un hombre de su edad.

Su único hijo, José Angel, quién solí­a ayudarlo, estaba preso por homicidio. El anciano decidió escribirle una carta a su hijo, explicándole su problema:

Querido José Angel:

Me siento mal porque no voy a poder plantar mi huerto con patatas este año. Estoy muy viejo para arar la parcela. Si tú estuvieras aquí­, todos mis problemas desaparecerí­an. Sé que me ayudarí­as removiendo la tierra.  

Te quiere, Papá.

Pocos dí­as después, el hombre recibió una carta de su hijo:

Querido Papá:

Por el amor de Dios, papá, no vayas a remover la tierra del patio trasero. Precisamente allí­ es donde enterré uno de los CUERPOS (el que la policí­a nunca pudo encontrar). Te quiere, José Angel.

Al otro dí­a, a las 4 de la mañana, la policí­a y agentes especiales irrumpieron en la casa del anciano, con una orden del juez y removieron toda la tierra del patio trasero, sin encontrar ningún cuerpo. Se disculparon con el anciano y se fueron.

Ese mismo dí­a, el hombre recibió otra carta de su hijo:

Querido Papá: 

Ahora ya puedes plantar tus patatas. Disculpa las molestias, pero dadas las circunstancias, es lo mejor que pude hacer para ayudarte. Te quiere, tu Hijo José Angel.

Metáfora sobre la escalera de la vida

Imagina que estas frente a una gran escalera...está junto a ti esa persona que es importante para ti..(novio/a, esposo/a, amigo/a etc.)...y están fuertemente tomados de la mano...

Mientras están en el mismo nivel, todo está perfecto, es disfrutable. Pero de pronto...tu subes un escalón y o esa persona no la sube, ella prefiere mantenerse en el nivel inicial...ok...No hay problema...Es fácil aun así estar tomados de las manos.

Pero tu subes un escalón mas...y esa persona se niega a hacerlo...ya las manos han empezado a estirarse y ya no es tan cómodo como al principio...subes un escalón mas...y ya el tirón es fuerte...Ya no es disfrutable y empiezas a sentir que te frena en tu avance...
Pero tú quieres que esa persona suba contigo para no perderla...

Desafortunadamente para esa persona no ha llegado el momento de subir de nivel...así que se mantiene en su posición inicial...subes un escalón mas...y ya ahí si es muy difícil mantenerte unido, te duele y mucho luchas entre tu deseo de que esa persona suba para no perderla, pero tú ya no puedes ni quieres bajar de nivel.

En un nuevo movimiento hacia arriba, viene lo inevitable y se sueltan de las manos; puedes quedarte ahí y llorar y patalear tratas de convencerle de que te siga...que te acompañe...puedes incluso ir contra todo tu ser y tú mismo/a bajar de nivel con tal de no perderle; pero después de esa ruptura en el lazo, ya nada es igual, así que por más doloroso y difícil que sea, entiendes que no puedes hacer más, más que seguir avanzando y esperar que algún día vuelvan a estar al mismo nivel. 

Eso pasa cuando inicias tu camino de crecimiento interior; en ese proceso, en ese avance, puedes perder muchas cosas: pareja, amigos, trabajos, pertenencias; todo lo que ya no coincide con quien te estás convirtiendo, ni puede estar en el nivel al que estas accesando.
Puedes pelearte con la vida entera, pero el proceso así es. El crecimiento personal es eso, personal e individual, no en grupo; puede ser que después de un tiempo esa persona decida emprender su propio camino y te alcance o suba incluso mucho más que tu; pero es importante que estés consciente de que no se puede forzar nada en esta vida. 

Llega un momento, que en tu escalera hacia convertirte en una mejor persona,  puedes quedarte solo/a un tiempo y duele, claro que duele y mucho; pero luego, conforme vas avanzando, te vas encontrando en esos niveles con personas mucho mas afines a ti, personas que gracias a su propio proceso están en el mismo nivel que tu y que si sigues avanzando, ellos también. 

En esos niveles de avance ya no hay dolor, ni apego, ni sufrimiento, hay amor, comprensión y respeto absoluto. Así es nuestra vida amigos/as...una infinita escalera donde estarás con las personas que estén en el mismo nivel que tu y si alguien cambia la estructura se acomoda. 

Me costó mucho soltarme, aun después de una fuerte ruptura seguía viendo para atrás, esperando un milagro y el milagro apareció pero no de la manera en que yo hubiera supuesto; apareció bajo otros nombres, otros cuerpos, otras actividades; perdí a una amiga y gané a 20 más, perdí un mal trabajo y ahora tengo un excelente trabajo y con oportunidades de tener más de lo que soñé alguna vez; perdí un auto que no me gustaba y ahora manejo el auto de mis sueños; perdí a un hombre o mujer a quien creí amar; para darme cuenta que ahora lo que tengo en este momento de mi vida ni siquiera podía soñarlo hace unos cuantos meses. 
Cada pérdida...cada cosa que sale...cada persona que sale es porque así tiene que ser...déjales ir...y prepárate para todo lo bueno que viene a tu vida...tu sigue adelante...  

Lo mejor está por venir... ¡abre tu corazón! 

Fuente: Facebook de Al Sentimiento de Elle

jueves, 10 de abril de 2014

Amigos de Verdad

Un hombre transitaba por un camino con su caballo y su perro, cuando de pronto se encontraron en medio de una tormenta muy fuerte. Para cubrirse, se refugiaron debajo de un enorme árbol, pero cayó un rayo y los tres murieron.

El hombre no se dio ni cuenta de lo que había pasado y prosiguió su camino con sus dos amigos, sólo sabía que los tres estaban sedientos.

En un lugar del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza. En el centro había una fuente de donde manaba abundante agua cristalina, así que el hombre se dirigió a quien custodiaba la entrada.

- Buenos días. ¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
- Esto es el Cielo.

Sin hacer mucho caso dijo:

- Tenemos mucha sed, necesitamos beber.
- Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera y le señaló la fuente.
- Pero mi caballo y mi perro también tienen sed.
- Lo siento mucho dijo el guardián, pero aquí no se permite la entrada a los animales.

El hombre, a pesar de tener muchísima sed, dijo que no bebería si sus amigos no lo podrían hacer, se despidió del guardián y siguió. Después de caminar un buen tiempo cuesta arriba, ya exhaustos, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una vieja puerta que daba a un camino de tierra rodeado de árboles. A la sombra de uno de los árboles, había un hombre descansando.

- Buenos días, dijo el caminante.
- El hombre respondió con un gesto.
- Tenemos mucha sed.
- Hay una fuente entre aquellas rocas, dijo el hombre, indicando el lugar. Pueden beber toda el agua, que necesiten.

El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y bebieron hasta saciarse. El peregrino volvió atrás para dar las gracias al hombre.

- Pueden volver siempre que quieran, le respondió.
- A propósito, ¿cómo se llama este lugar?
- El Cielo.
- ¿El Cielo? ¡Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que el Cielo estaba allí!
- Aquello no es el Cielo, es el Infierno, contestó el guardián.

El caminante quedó perplejo.

- ¡Deberían prohibir que utilicen su nombre! ¡Esta falsedad debe provocar grandes confusiones!
- ¡De ninguna manera! En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar… A SUS MEJORES AMIGOS.

Fuente: El demonio y la señorita Prym, Paulo Coelho.

Sonríe



Todos en la vida tenemos uno o varios motivos para sonreír. Podemos sonreír porque todos ganamos sobre más de un millón de espermatozoides opositores y fuimos engendrados por amor, no nos abortaron; nos acunaron, acariciaron, besaron, mimaron, arroparon, alimentaron cuando éramos unos bebés.

Nos rodea gente que nos quiere y nos da lo mejor de sí. Nuestros padres nos dan o dieron todo lo que pueden y mucho más. Tenemos hermanos con quienes podemos crecer y desarrollarnos, compartir.

Nos educaron con principios y con una clara conciencia del bien y el mal. Nos señalaron el camino correcto.

Las dificultades nos enseñan lo que es la vida, nos desarrollan fortalezas, nos obligan a luchar. Tenemos amigos a quienes les damos y quienes nos dan sin esperar recompensas.
Tenemos en quién reclinar nuestra cabeza cuando estamos cansados, aburridos, preocupados. Prestamos el hombro para que otros se recuesten en él.
Nos levantamos muchas veces pensando con amor en alguien. Hemos disfrutado cantidad de atardeceres y de amaneceres.

Nos hemos extasiado con un poema y nos hemos quedado horas mirando el cielo estrellado.

Sentimos la presencia de un Dios a quien no comprendemos, por ser hombres, pero en quien creemos y confiamos.

Hemos vivido el presente con pasión y hemos esperado el futuro con emoción.

Hemos sabido superar el pasado para no quedarnos adheridos a él.

La muerte siempre ha sido un misterio pero no un temor y la hemos aceptado como parte de un proceso de realización y superación.

Hemos disfrutado la libertad de pensar sin que nadie pueda conculcarla.

Los momentos más intensos de felicidad que hemos vivido han sido interiores, en el alma.

Hemos sentido la satisfacción del deber cumplido.

Hemos aprendido a no depender absurdamente de las nimiedades, de las tonterías. La vida se disfruta si no nos esclavizamos de las cosas ridículas.

Somos hombres de paz y le hacemos la guerra a la guerra.

La esposa, los hijos, quienes nos rodean, son nuestra veneración y sustento espiritual.
Hemos tratado de alimentar el alma, igual que el cuerpo y eso nos ha permitido avanzar y crecer como seres humanos.

Nuestra profesión u oficio es la más bello del mundo (todos lo son para quienes la viven con sentido) y por eso todo lo que hemos hecho lo hemos disfrutado plenamente, lo hemos gozado y de paso nos ha dado para vivir.

Tenemos la satisfacción de no odiar, de amar mucho y de que nadie nos es indiferente.

Creemos que hoy es el primer día del resto de nuestra vida que será feliz, porque de nosotros depende que así sea.

Aprendimos a perdonar, a caminar ligeros de equipaje y a mirar al mismo tiempo el camino y el cielo.

Somos verdaderamente caminantes que hacemos camino al andar y que nada ni nadie nos hará detener. Todos, o algunos de estos, son motivos para sonreír.

martes, 25 de febrero de 2014

El loco

En un pueblo rodeado de cerros habitaba un loco, la gente del pueblo le llamaba así: "EL LOCO", ¿y porqué le llamaban así?, ¿Qué acaso hacía cosas disparatadas, cosas raras, cosas diferentes a lo que hacen la mayoría de las personas, al menos en ese pueblo?.

La gente al verlo pasar se reía y se burlaba de él, humildemente vestido, sin posesiones, sin una casa que se dijera de su propiedad, sin una esposa ni unos hijos; "un desdichado", pensaba la gente, alguien que no beneficiaba a la sociedad, "un inútil" comentaban otros.

Más he aquí que este viejo ocupaba su vida sembrando árboles en todas partes donde pudiera, sembraba semillas de las cuales nunca vería ni las flores ni el fruto, y nadie le pagaba por ello y nadie se lo agradecía, nadie lo alentaba, por el contrario, era objeto de burla ante los demás.

Y así pasaba su vida, poniendo semillas, plantando arbolitos ante la burla de los demás. Y he aquí que ese ser era un gran Espíritu de Luz, que poniendo la muestra de como se deben hacer las cosas, sembrando, siempre sembrando sin esperar a ver el fruto, sin esperar a saborearlo.

Y sucedió que un día cabalgaba por esos rumbos el Sultán de aquellos lugares, rodeado de su escolta y observaba lo que sucedía verdaderamente en su reino, para no escucharlo a través de la boca de sus ministros.

Al pasar por aquel lugar y al encontrarse al Loco le preguntó:

- ¿Qué haces, buen hombre?

Y el viejo le respondió:

- Sembrando Señor, sembrando.

Nuevamente inquirió el Sultán:

- Pero, ¿cómo es que siembras?. estás viejo y cansado, y seguramente no verás siquiera el árbol cuando crezca. ¿Para qué siembras entonces?

A lo que el viejo contesto:

- Señor, otros sembraron y he comido, es tiempo de que yo siembre para que otros coman.

El Sultán quedo admirado de la sabiduría de aquel hombre al que llamaban LOCO, y nuevamente le preguntó:

- Pero no verás los frutos, y aun sabiendo eso continuas sembrando... Por ello te regalaré una monedas de oro, por esa gran lección que me has dado.

El Sultán llamo a uno de sus guardias para que trajese una pequeña bolsa con monedas de oro u las entregó al sembrador.

El sembrador respondió : _Ves, Señor, como ya mi semilla ha dado fruto, aún no la acaba de sembrar y ya me está dando frutos, y aun más, si alguna persona se volviera loca como yo y se dedicara solamente a sembrar sin esperar los frutos sería el más maravilloso de todos los frutos que yo hubiera obtenido, porque siempre esperamos algo a cambio de lo que hacemos, porque siempre queremos que se nos devuelva igual que lo que hacemos. 

Esto, desde luego, sólo cuando consideramos que hacemos bien, y olvidándonos de lo malo que hacemos.

El Sultán le miró asombrado y le dijo :

- ¡Cuánta sabiduría y cuánto amor hay en ti!, ojalá hubiera más como tú en este mundo, con unos cuantos que hubiese, el mundo sería otro; más nuestros ojos tapados con unos velos propios de la humanidad, nos impiden ver la grandeza de seres como tu. Ahora me retiraré porque, si sigo conversando contigo, terminaré por darte todos mis tesoros, aunque sé que los emplearlas bien, tal vez mejor que yo. ¡Qué Alá te Bendiga!.

Y terminado esto, partió el Sultán junto con su séquito, y el Loco siguió sembrando y no se supo de su fin, no se supo si termino muerto y olvidado por ahí en algún cerro, pero él había cumplido su labor, realizó la misión, la misión de un Loco.

Reflexión:

Este cuento sirve para ilustrarnos lo que muchos seres hacen en este mundo, pero callados, sin esperar recompensa y he aquí que se requieren muchos locos en el mundo, seres que repartan la Luz, que den la enseñanza, que sean guías en este mundo tan hambriento de la enseñanza espiritual.

Cuando el viento sopla

Hace algunos años un hacendado poseía tierras a lo largo del litoral del Sur Atlántico. Constantemente anunciaba estar precisando empleados. La mayoría de las personas estaban poco dispuestas a trabajar en campos a lo largo del Atlántico. Temían las horribles tempestades que barrían aquella región, haciendo estragos en las construcciones y las plantaciones.

Buscando nuevos empleados, el recibió muchos rechazos. Finalmente, un hombre bajo y delgado, de edad media se aproximó al hacendado.

- ¿Usted es un buen labrador?  Le preguntó el hacendado.
- Bueno, yo puedo dormir cuando el viento sopla, le respondió el pequeño hombre.

Bastante confuso con la respuesta, el hacendado, desesperado por ayuda, lo empleó. Este pequeño hombre trabajó bien en todo el campo, manteniéndose ocupado desde el amanecer hasta el anochecer. Y el hacendado estaba satisfecho con el trabajo del hombre.

Pero entonces, una noche, el viento sopló ruidosamente. El hacendado saltó de la cama, agarró una lámpara y corrió hasta el alojamiento del empleado. Sacudió al pequeño hombre y le gritó:

- ¿Levántate! Una tempestad está llegando! Amarra las cosas antes que sean arrastradas!

El hombre pequeño se dio la vuelta en la cama y le dijo firmemente:

- No señor. Yo ya le dije: “Yo puedo dormir cuando el viento sopla.

Enfurecido por la respuesta, el hacendado estuvo tentado a despedirlo inmediatamente. En vez de eso, se apresuró a salir y preparar el terreno para la tempestad. Del empleado se ocuparía después.

Pero, para su asombro, encontró que todas las parvas de heno habían sido cubiertas con lonas firmemente atadas al suelo. Las vacas estaban bien protegidas en el granero, los pollos en el gallinero, y todas las puertas muy bien trabadas. Las ventanas bien cerradas y aseguradas. Todo estaba amarrado. Nada podría ser arrastrado.

El hacendado entonces entendió lo que su empleado le había querido decir y retornó a su cama para también dormir cuando el viento soplaba.

Lo que se quiere decir con esta historia, es que cuando se está preparado - espiritualmente, mentalmente y físicamente - no se tiene nada que temer.

La pregunta es: ¿Tú puedes dormir cuando los vientos soplan en tu vida?
 

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