Un profesor de psicología se
paró ante un público en una conferencia y contó un chiste y todos se rieron. Al
cabo de un rato contó el mismo chiste y casi nadie se rió. Contó el chiste una y
otra vez hasta que nadie se reía...
Entonces dijo:
- Si no pueden reírse varias veces de una sola cosa, ¿Por qué si pueden llorar y recordar lo mismo una y otra vez? No vale la pena aferrarse a lo que te hace daño o a lo que ya no tiene remedio y ¿saben que? ¡No hay vuelta atrás! La vida continúa... sólo ama, perdona, valora y vuelve amar... ¡Vale la pena ser feliz!
Entonces dijo:
- Si no pueden reírse varias veces de una sola cosa, ¿Por qué si pueden llorar y recordar lo mismo una y otra vez? No vale la pena aferrarse a lo que te hace daño o a lo que ya no tiene remedio y ¿saben que? ¡No hay vuelta atrás! La vida continúa... sólo ama, perdona, valora y vuelve amar... ¡Vale la pena ser feliz!
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