Siempre vivía en su casa, bajo el cuidado de su madre. A veces se
Acercándose poco a poco llego al mostrador donde se encontraba ella. La chica lo miró y le dijo sonriente "¿Te puedo ayudar en algo?"
El Chico pensaba que era la sonrisa mas hermosa que había visto en toda su vida, y sintió el deseo de abrazarla, de declarársele en ese mismo instante. Tartamudeando le dijo: "Si, eeehhh, uuhhh, me gustaría comprar un C.D.". Y sin pensar tomó el primero que vio y le dio el dinero. La chica le entregó el disco con una amigable sonrisa.
- "¿Quieres que te lo envuelva?", - preguntó la niña sonriendo de nuevo.
El respondió que sí, moviendo la cabeza, pues ante ella se quedaba mudo. La muchacha fue al almacén para volver con el paquete envuelto y entregárselo. Él lo tomó y salió de la tienda. Se fue a su casa sintiendo que caminaba entre las nubes. Ni siquiera desenvolvió el disco. Lo metió en su closet y se puso a mirar su jardín y pensar en la hermosa flor que estaba en la tienda.
En adelante visitaba la tienda todos los días para comprar un C.D. Ella siempre se los envolvía, y el se los llevabas a su casa y los metía a su closet. El era muy tímido para invitarla a salir y, aunque trataba no podía. Su mamá se enteró de esto e intento animarlo a que se aventara, así que el siguiente día se armó de coraje y se dirigió a la tienda. Y como todos los días compró otra vez un C.D. y
Mucho lamentó no haber ido antes por la respuesta y muy triste guardó los discos en un lugar donde no los viera tanto con la esperanza de no pensar más en la muchacha. En el verano el chico fue a la tienda con la esperanza de que por las vacaciones la chica hubiera regresado y pudiera encontrarla pero al no encontrarla, regresó a su casa desilusionado. Al siguiente verano volvió a ir para no encontrarla de nuevo. Para el joven no hubo verano siguiente. A la edad de 20 años el chico falleció de cáncer. Un día su madre, entró en el cuarto de su difunto hijo para arreglarlo, así que abrió su closet. Para su sorpresa se topó con montones de CDs envueltos. Ninguno estaba abierto. Llena de curiosidad, tomó algunos y se sentó sobre la cama para verlos, al desenvolver el primero encontró una nota que su hijo nunca leyó y decía: "!Hola¡, veo que te gusta la música tanto como a mí. Me invitan a una fiesta el viernes y no tengo con quien ir. ¿Te gustaría ir conmigo? Sofía."
De tanta emoción la madre abrió otro y otro para descubrir que eran saludos de la chica. Uno de los últimos decía: "Hola, me siento triste de que nunca haces caso a mis notas pero me devuelves la alegría al volver diariamente. La semana que viene salgo fuera de la ciudad a estudiar y ya no voy a trabajar aquí, pero vendré casi todos los fines de semana y si mi cliente favorito quiere que lo siga atendiendo podrá visitarme en mi casa. Sofía". Al final venía un número telefónico, una dirección y un pequeño mapa.
No esperes demasiado para demostrar tu amor a ese alguien especial, díselo hoy, mañana puede ser muy tarde. No solamente a tu pareja sino de todos tus próximos: tus padres, hermanos, amigos, hijos, etc.
Demuestra tu amor a los demás ahora que puedes hacerlo, que están presentes, que físicamente es posible. Recuerda que mañana: si no los aparta la vida, lo hará...la muerte.
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