Me dio mucho gusto su llamada y lo primero que me preguntó fue: ¿cómo estás? Y sin saber porqué le contesté: "solísimo".
- ¿Quieres que hablemos? Le respondí que sí y me dijo:
- ¿Quieres que vaya a tu casa? Y respondí que sí.
Colgó el teléfono y en menos de quince minutos él ya estaba tocando a mí puerta. Yo empecé y hablé por horas y horas, de todo, de mi trabajo, de mí familia, de mi novia, de mis deudas, y él atento siempre, me escuchó. Se nos hizo de día, yo estaba totalmente cansado mentalmente, me había hecho mucho bien su compañía y sobre todo que me escuchara y que me apoyara y me hiciera ver mis errores, me sentía muy a gusto y cuando él notó que yo ya me encontraba mejor, me dijo: bueno, pues me retiro tengo que ir a trabajar.
Yo me sorprendí y le dije: pero porque no me habías dicho que tenías que ir a trabajar, mira la hora que es, no dormiste nada, te quite tu tiempo toda la noche.
Él sonrió y me dijo: no hay problema para eso estamos los amigos.
- Oye amigo, y a todo esto, ¿Por qué llamaste anoche tan tarde?
Él regresó y me dijo en voz baja. Es que te quería dar una noticia...
Y le pregunté: ¿qué pasó? Y me dijo...
- Fui al doctor y me dice que mis días están contados, tengo un tumor cerebral, no se puede operar, y solo me queda esperar...
Yo me quedé mudo...él me sonrió y me dijo:
-Que tengas un buen día amigo... se dio la vuelta y se fue...
Pasó un buen rato para cuando asimile la situación y me pregunté una y otra vez, porque cuando él me preguntó ¿cómo estás? me o
"No hay amor más grande que dar la vida por los amigos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario