¿Cuántos
días, meses, años o décadas hemos vivido con el yugo del rencor?
¿Cuántas veces hemos permitido que nuestro corazón siga manchándose de
odios, orgullos absurdos y pensamientos destructivos? ¿Con qué personas
estás resentido? ¿A quienes no puedes perdonar? ¿Cuál es tu culpa?
El
perdón hoy en día es un regalo que pocos se atreven a dar,
desafortunadamente el orgullo es la principal barrera para no
obsequiarlo, preferimos alimentar mas el egoísmo, la venganza, las
palabras hirientes o simplemente no ver a esa persona que nos ha hecho
tanto daño, nos limitamos a odiarla, a condenarla, sin darnos cuenta de
que los que más sufrimos somos nosotros.
Para
poder perdonar primero debemos aprender a perdonarnos a nosotros
mismos, perdonarnos tal vez por haber permitido que abusaran de nuestro
cuerpo, de nuestros sentimientos de nuestras limitaciones, perdonarnos
por odiarnos y no aceptarnos.
Tenemos
que reconocer que hemos sido responsables de esa falta, confrontar la
rabia interior, la vergüenza, la venganza, la ira y las heridas; tratar
de buscar una nueva forma de pensar sobre esa persona que nos lastimó,
porque quizá ella también sufrió más que nosotros y está también en
busca de ese perdón, debemos tener el valor de hablar con claridad del
problema y afrontarlo, va a doler, pero es necesario para que nos
liberemos de esas cadenas de amargura venenosas, sincerarnos ante la
persona que herimos o que nos hirió para así poder llegar al
arrepentimiento y hacer una promesa de que no volverá a ocurrir y por
fin liberarnos del dominio de sentimientos destructivos.
Es
importante que se entienda que el hecho de perdonar no es lo mismo que
justificar, olvidar o reconciliarse. En el caso de las mujeres que han
sufrido violencia doméstica, después de muchas terapias psicológicas y
encuentros espirituales logran perdonar a su agresor (por su propia
salud emocional), pero muchas veces no se reconcilian con la pareja
porque fue una relación abusiva.
Otro
caso en donde es sumamente difícil perdonar es cuando se ha sufrido de
una violación, aquí la victima está totalmente destrozada física, moral,
espiritual y emocionalmente, será un proceso largo de liberación, pero
cuando se elige la opción de perdonar es el regalo más grande que se
puede dar a ella misma, cuando su autoestima está alzando vuelo, cuando
se está empezando a amar de nuevo. No le está haciendo ningún favor al
agresor, se lo está haciendo a sí misma.
El
perdón permite liberarse de todo lo que se ha venido cargando, el
perdonar no borra la ofensa, ni el pasado, no le quita la
responsabilidad al que ofendió, simplemente es la maravillosa
experiencia sanadora que elimina el resentimiento. Podemos recordar la
ofensa, pero no revivir el dolor. Es como si la abeja del recuerdo
que estuvo volando y picando nuestro cuerpo, de repente volviera, pero
ya sin el aguijón, porque el perdón le quitó su veneno.
¡Tú puedes elegir quedarte con el resentimiento o ser libre!
Aquí te dejo estas 5 claves para poder perdonar según la escritora Mariah Burton.
- Hacer conciencia: quien fue el agresor y por qué.
- Expresarlo: acudir con una persona de confianza, con un profesional en la materia.
- Tener compasión: esforzarse para ver al agresor como un ser humano, tratar de comprender lo que le llevó a causar tanto daño.
- Desarrollar la Humildad: eliminar el orgullo.
- Perdonarse a sí mismo: reflexionar sobre los errores propios que se hayan cometido consciente e inconscientemente, perdonarse y superarlos. Esto inicia con la aceptación de sí mismo.
Aprendamos
a tener voluntad de cambio hacia el amor, no luchemos contra la
realidad, ya no podemos cambiar nada, lo hecho… ¡hecho está!, pero
tenemos un presente que puede modificarse y un futuro con nuevas
oportunidades de ser felices y estar en paz. No culpemos a los demás por
sus reacciones, si nos sentimos ofendidos, no respondamos con gritos e
insultos. No nos quedemos con sentimientos negativos por que estos se
acumulan y el daño se engrandece.
Atrevámonos a ser parte de la cultura del perdón.
“No
nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles; pero son difíciles
precisamente porque no nos atrevemos ni siquiera a intentarlas”.
Fuente: http://www.nvmgradiotv.com/ Nancy Morales-Gaxiola
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