Algunas
veces las personas llegan a nuestras vidas y rápidamente nos damos
cuenta de que esto pasa porque debe ser así para servir a un propósito,
para enseñar una lección para descubrir quienes somos en realidad, para
enseñarnos lo que deseamos alcanzar.
Tu no sabes quienes son estas personas,
pero cuando fijas tu ojos en ellos sabes y comprendes que ellos
afectarán tu vida de una manera profunda.
Algunas veces te pasan cosas que parecen
horribles, dolorosas e injustas, pero después entiendes que si no
superas estas cosas no hubieras realizado tu potencial, tu fuerza o el
poder de tu corazón.
Todo pasa por una razón en la vida. Nada sucede por casualidad o por la suerte.
Enfermedades, heridas, el amor, momentos
perdidos de grandeza o de pura tontería, todo ocurre para probar los
limites de tu alma.
Sin estas pequeñas pruebas la vida sería como una carretera recién pavimentada, suave y lisa.
Una carretera directa sin rumbo a ningún lugar, plana, cómoda, segura, mas empañada y sin razón.
La gente que conoces afecta tu vida, las caídas y los triunfos que tú experimentas crean la persona que eres.
Aún se puede aprender de la malas experiencias. Es más, quizás sean las mas significativas en nuestras vidas.
Imagen: https://kaizenpeople.wordpress.com
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